Bajo las pendientes del monte Capitolio se alza un arco del triunfo de tres ojos, uno central mayor y dos laterales menores, que el emperador Septimio Severo mandó erigir en 203 d. C. para celebrar sus victorias militares en las guerras párticas. Cuatro columnas de orden corintio enmarcan la rica decoración del monumento y sirven de apoyo para el arquitrabe sobre el que se alza el ático con la inscripción dedicada a Septimio Severo y su hijo Caracalla. Originalmente se nombraba también a su segundo hijo Geta, pero su nombre fue eliminado tras ser asesinado por voluntad del hermano. En las arquivoltas de la arcada central, están colocadas las dos victorias aladas que sujetan el trofeo, mientras que las arquivoltas de las arcadas menores están decoradas con dioses del río. Sobre las arcadas menores se observa un pequeño friso en el que se representa el desfile triunfal del emperador y su entrada en Roma, mientras que en los paneles más grandes se pueden ver los momentos más importantes de las campañas militares contra la población asiática.