La estatua de la Magna Mater (Gran Madre) fue descubierta en 1872 por Pietro Rosa, cerca del templo homónimo en el Palatino, cuya creación se remonta al siglo III a. C. Gracias a los dos leones que originalmente flanqueaban el trono, la figura femenina ha sido tradicionalmente identificada como Cibeles, diosa de los cultivos y de las semillas, y personificación de la fuerza creadora de la naturaleza. Sin embargo, parece más probable que la estatua represente a una emperatriz o sacerdotisa retratada bajo el aspecto de la Magna Mater; sabemos por fuentes contemporáneas que la imagen de la diosa presente en el templo era anicónica y estaba representada por una piedra negra (¿un fragmento de meteorito?). El escultor de la estatua, fechada en el siglo II d.C., pudo haberse inspirado en un original ateniense del siglo V a.C. atribuido a Agorácrito o, quizás, a su maestro Fidias. Expuesta en el Museo Palatino.

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