En este retrato femenino, recuperado durante las excavaciones dirigidas por Rodolfo Lanciani a finales del siglo XIX en la Casa de las Vestales del Foro Romano, se reconoció a la emperatriz siria Julia Domna, segunda mujer de Septimio Severo y madre del emperador Caracalla. La cabeza está caracterizada por un rostro ovalado sobre el que resaltan los grandes ojos –la mirada a la derecha está dirigida hacia arriba– y por una peinado con postizo (como sugieren los mechones sobre las mejillas) particularmente elaborado. El cabello desciende en ondas paralelas desde la raya central y se recoge en un gran moño formado por los mechones de cabello que se trenzan entre sí y cubre casi toda la parte posterior de la cabeza. Todos estos elementos particulares y el efecto de ligero claroscuro contribuyen a caracterizar el personaje del retrato. El retrato forma parte del recorrido accesible del Museo Palatino.