El aceite del PArCo
La agricultura, de la que una parte importante está representada por el cultivo del olivo y la vid, era la actividad moralmente más digna del ciudadano romano, expresión de los valores de los padres y de la prosperidad de la nación.
Las fuentes antiguas, como la enciclopedia Historia natural de Plinio el Viejo, nos transmiten la presencia, en la plaza del Foro Romano, de tres plantas, símbolo de la cultura romana: Ficus, Olea et Vitis e, incluso en nuestros días, plantas de la misma especie se mantienen en recuerdo de las antiguas en el mismo lugar.
El Parque Arqueológico del Coliseo cuenta con 189 olivos, plantados en distintas épocas, de los ejemplares centenarios próximos al arco de Tito a los más recientes, perfectamente insertados en un paisaje del que los olivos forman parte desde la antigüedad.
El importante patrimonio indujo al PArCo a convertirse en promotor de un proyecto que, junto con el valor cultural, histórico y naturalista, fuera expresión de ética medioambiental, recogiendo las aceitunas de los árboles, eliminando “el derroche” y el problema de limpieza y seguridad que generaban las aceitunas en los paseos del área arqueológica; una recuperación virtuosa que dio como resultado la producción del aceite del Palatino, aceite de oliva virgen extra (AOVE) elaborado con la cosecha de árboles que actualmente no están sometidos a tratamientos fitosanitarios químicos.